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La (Persona-) tortuga, ya sabéis, muy lenta. “¡Oh, Dios mío, diez millas (16 kilómetros)! Ahora ni siquiera podría arrastrarme durante diez metros, mucho menos diez millas. Oh. Creo que voy a morir aquí. Seguro que moriré aquí. No tengo nada que comer. No podría moverme ni diez metros. ¡Diez millas!” ¡Hey, parece que iba a morir! Y entonces el marido-flamenco dijo: “No te preocupes. No te preocupes. Ya lo sabemos. Tenemos transporte preparado para ti. […] Te hemos reservado un billete de avión de primera clase. No te preocupes. No te preocupes. Sí, sí, sí. Pero hay una condición. Tienes que escuchar con cuidado nuestro plan”. […]
